Siempre supo que iba a suceder. No sabía cómo ni tampoco cuándo, pero sabía que el mal vivía en la niebla y se alimentaba del pueblo.
El silencio y la oscuridad de la noche cubrían las únicas dos ventanas de su casa. Cuatro paredes que eran el refugio en el que había nacido seis décadas atrás y que, siendo solo una parte de su hogar, era el lugar que le daba seguridad en el paraíso natural que escondía la isla. Sin duda una casa modesta, casi destartalada, protegida por la arboleda que sombreaba verdes piedras en medio de una ría privilegiada.
Como telón de fondo de nuevo Galicia como en su anterior novela, lugar místico y de tradiciones y leyendas que conforman el escenario perfecto para resolver las intrigas y secretos familiares de Elena Casáis, nuestra jueza protagonista.
Elena Casáis llevará el caso de la desaparición de Paulina y eso la guiará a relacionarlo con la desaparición de su tía Melisa treinta años atrás. En un ambiente donde la lluvia, la niebla y las tradiciones conviven, Elena se verá envuelta en desenterrar secretos ocultos en el diario de su tía.
La Illa de Arousa en Pontevedra, es el escenario donde se desarrolla esta historia oscura, dramática, de venganzas y búsqueda de la justicia que no siempre entiende de leyes; no faltan secretos e intrigas familiares, ni ese halo de misticismo que aportan las tradiciones y ritos de la zona, atrapando al lector en una atmósfera lúgubre, húmeda y llena de misterio
Como telón de fondo los hechos reales vividos en el lugar, en los años 80, cuando el tráfico y consumo de droga mermó a toda una generación, donde los «grandes empresarios» vendían sus favores a cambio del blanqueo de dinero, cuando las aspiraciones de una juventud de «chicos populares» se vieron condenadas a un pozo sin fondo y la corrupción judicial campaba a sus anchas entre amenazas y «mordidas».
La ambientación es lo mejor, en la parte investigativa me faltó quizá más definición, sobretodo en los cargos y sus actuaciones
Un thriller para disfrutar también de la misteriosa Galicia, de una de sus tradiciones más arraigada como es la Noche de San Juan y todo el rito que supone esta «noite meiga».
Tampoco me ha convencido del todo, porque para mi gusto quedan muchos interrogantes en el aire.
El hallazgo de un diario escondido en un desván permitirá a la protagonista desenterrar una historia turbia y dolorosamente íntima cuyos ecos llegan hasta hoy, mientras que la investigación sacará a la luz las fuerzas oscuras que llevan operando en el lugar durante décadas y que, amenazadas, desplegarán todos sus recursos para perpetuar su dominio.
La novela es pródiga en leyendas y recoge una amplia suerte de males que solían aplacarse con remedios naturales, todo un despliegue de cultura popular que, aunque ya anecdótica, en algunos casos sigue resistiéndose a la llamada de la modernidad. La autora justifica en parte el recurso a costumbres que en la actualidad nos parecen arcaicas y tribales por cuestiones pecuniarias, ya que las familias humildes no siempre podían acudir a la medicina tradicional («el médico de Cruces cobra a la razón de un buey y siete ferrados de tierra”).
La escritora trabaja sobre silencios incómodos y secretos ignominiosos que yacen enterrados en el seno familiar -los cuales irán aflorando de forma gradual, en un in crescendo de tensión y angustia hasta explotar en un clímax tan sorprendente como catártico-; divide la acción en dos tiempos y tramas cuya conexión se irá revelando poco a poco, y recurre a un amplio elenco de personajes cuya historia oculta, verdadera naturaleza y responsabilidad en los luctuosos hechos que azotan el lugar irá sirviendo giros y nuevas capas con el transcurso de las páginas, con una pátina gótica a modo de atmósfera narrativa.
Las nieblas descendieron con húmedo aliento hasta alcanzar el corazón de O Souto Vello. Cual vapor de agua, la frescura del aire envolvía árboles y arbustos, tierra y briznas de diminutas hierbas circundantes al camino. Aura de misterio, irrealidad y fantasmas, muy cerca se alzaba el cruceiro de meniños. Medio escondida, la santa cruz de piedra semejaba alucinación o extraña visión en el gris de las tinieblas. Bajo el cielo y sobre la tierra, engullendo al otoño y al verde, las brumas se movían entre inmensos laureles que, inmunes al tiempo, permanecían erguidos con su natural fragancia y el aplomo de reyes.
El estruendo de un disparo en O Souto Vello rompió la tregua de escasos minutos en que la tormenta tomaba aliento para continuar.
Una vecina se apresuró a cerrar portillos tras forcejear nerviosa con las cerraduras y puertas de su casa. Solo después levantó el teléfono para llamar a la policía.
Elena bajó del coche. No estaba segura de lo que había escuchado. Parecía la detonación de un arma, pensó. Tal vez lo fuese. No era un sonido con el que estuviese familiarizada.
Ajena a la lluvia de aquel día que parecía no acabar, prescindió del paraguas y colocó sobre su cabeza la capucha de su gabardina. Necesitaba averiguar la naturaleza de aquel sonido y, además, pensó, no le vendría mal tomar un poco de aire.
La picadura de un alacrán había acabado con la vida de su hermana Martina. Elena pensó en su padre, en la amargura de sus cínicos comentarios debatiendo siempre entre la razón y una culpa que se escurría para encontrarlo.
Tras la tempestad, la calma se había instaurado en el silencio de nubes blancas. Sin lluvia ni viento azotando la isla, la niebla, y cuantos fantasmas en ella susurraban, avanzaba sigilosa e invencible, como un animal de vaporosas garras en su asedio al Centro Médico Social.
Con el cerrojo echado en la puerta del laboratorio, alargó la mano para alcanzar el portarretratos de la repisa que se suspendía en un rincón sobre la encimera metálica. Emma Fonseca no sonrió al ver la fotografía.
Libros de la autora comentados en el blog:
He always knew it was going to happen. He didn’t know how or when, but he knew that evil lived in the mist and fed on the town.
The silence and darkness of the night covered the only two windows of his house. Four walls that were the refuge in which she had been born six decades ago and that, being only a part of his home, was the place that gave her security in the natural paradise that the island hid. Undoubtedly a modest house, almost dilapidated, protected by the grove that shaded green stones in the middle of a privileged estuary.
Once again Galicia is the backdrop, as in her previous novel, a mystical place full of traditions and legends that make up the perfect setting to resolve the intrigues and family secrets of Elena Casas, our main judge.
Elena Casais will take the case of Paulina’s disappearance and that will lead her to relate it to the disappearance of her aunt Melisa thirty years ago. In an environment where rain, fog and traditions coexist, Elena will be involved in unearthing secrets hidden in her aunt’s diary.
The Illa de Arousa in Pontevedra, is the setting where this dark, dramatic story of revenge and search for justice that does not always understand laws takes place; There is no lack of secrets and family intrigues, nor that halo of mysticism that the traditions and rites of the area provide, trapping the reader in a gloomy, humid and mystery-filled atmosphere.
As a background, the real events experienced in the place, in the 80’s, when drug trafficking and consumption reduced an entire generation, where the «big businessmen» sold their favors in exchange for money laundering, when the aspirations of a youth of «popular kids» were condemned to a bottomless pit and judicial corruption was rampant between threats and «bites.»
The setting is the best, in the investigative part I perhaps lacked more definition, especially in the charges and their actions
A thriller to also enjoy the mysterious Galicia, one of its most deeply rooted traditions such as the Night of San Juan and all the ritual that this «noite meiga» entails.
Nor has it completely convinced me, because for my taste there are many questions left in the air.
The discovery of a diary hidden in an attic will allow the protagonist to unearth a murky and painfully intimate story whose echoes reach today, while the investigation will bring to light the dark forces that have been operating in the place for decades and that, threatened, they will deploy all their resources to perpetuate their rule.
The novel is lavish in legends and includes a wide range of ills that used to be calmed with natural remedies, a whole display of popular culture that, although already anecdotal, in some cases continues to resist the call of modernity. The author partially justifies the recourse to customs that today seem archaic and tribal for pecuniary reasons, since humble families could not always resort to traditional medicine («the doctor from Cruces charges at the rate of one ox and seven earth irons”).
The writer works on uncomfortable silences and ignominious secrets that lie buried within the family -which will gradually emerge, in a crescendo of tension and anguish until they explode in a climax as surprising as it is cathartic-; divides the action into two times and plots whose connection will be revealed little by little, and uses a wide cast of characters whose hidden history, true nature and responsibility in the tragic events that plague the place will serve twists and new layers over the course of the pages, with a gothic patina as a narrative atmosphere.
The mists descended with humid breath until they reached the heart of O Souto Vello. Like water vapour, the freshness of the air enveloped trees and bushes, earth and blades of tiny grass surrounding the road. Aura of mystery, unreality and ghosts, very close was the children’s cross. Half hidden, the holy stone cross seemed like a hallucination or a strange vision in the gray of the darkness. Under the sky and on the earth, engulfing the autumn and the green, the mists moved between immense laurel trees that, immune to time, remained upright with their natural fragrance and the poise of kings.
The sound of a shot in O Souto Vello broke the truce of a few minutes in which the storm was taking breath to continue.
A neighbor rushed to close gates after nervously struggling with the locks and doors of her house. She only later picked up the phone to call the police.
Elena got out of the car. She wasn’t sure what she had heard. It sounded like the detonation of a gun, she thought. She maybe she was. It was not a sound she was familiar with.
Oblivious to the rain that day seemed endless, she dispensed with the umbrella and placed the hood of her trench coat over her head. She needed to find out the nature of that sound and, besides, she thought, she could use some air.
The sting of a scorpion had ended the life of her sister Martina de ella. Elena thought of her father, of the bitterness of her cynical comments, always debating between reason and a guilt that slipped out to find him.
After the storm, calm had settled in the silence of white clouds. Without rain or wind whipping the island, the fog, and how many ghosts whispered in it, she advanced stealthily and invincible, like an animal with vaporous claws in her siege of the Social Medical Center.
With the lab door bolted, she reached for the picture frame on the shelf that hung in the corner above the metal counter. Emma Fonseca did not smile when she saw the photograph.
Books from the author commented in the blog:
David, earth planet , knopfler and a humble man 