Comprendí que en la pubertad mi carácter se impregnaba de las dos situaciones disyuntivas que se mostraban en nuestra vida pueblerina: La vida de la España de los 60, la que quiere salir de la posguerra y de las necesidades vitales, y de la que empieza a saber que hay americanos, europeos, suecos, personas que viven mejor y hasta pueden viajar hasta nuestro país de vacaciones. Esta última disyuntiva nos tenía perplejos. Había personas que sin necesidad de trabajar durante un tiempo, pueden visitar nuestro terreno, comer y dormir en posadas. Disponen y se costean estos viajes con dinero en efectivo. En ocasiones hasta les sobra para regalar caramelos a los niños.
A medida que avanzaban los 60, el paisaje y la vida social de Santa Cruz de Moya evolucionaban de forma lenta pero progresiva hacia el bienestar. Se vaciaban los pueblos para llenar las capitales, como la cercana Valencia o la más alejada e industrializada Barcelona. Del mismo modo, las familias más arriesgadas emigraron a la vecina Francia e incluso a Bélgica. El 70% de los jóvenes iniciaron la emigración. Con los primeros sueldos ganados fuera, ayudaban a lo que resistíamos en el pueblo. Quedaban más espacios y fincas para cosechar lo mismo, pero se repartía entre menos población. Se crearon excedentes agrícolas y de ganado para el comercio. Algunas fincas, o “pedazos” como nosotros llamábamos se empezaron a abandonar y retrotraerse hacia el núcleo urbano.
Interesante libro y que posee un enorme valor al ser el único publicado en más de 40 años acerca de los entresijos de la unidad. Sorprende por su humanidad, cercanía y humilde franqueza. Las palabras con las que el autor describe algunos pasajes pueden ser de auténtica inspiración para el lector.
He disfrutado con la obra; primero por gustos, debido a los aconteciemientos históricos que narra, la decicación a España llevada a cabo en la Policía Nacional y,sobre todo, por las sentencias sabias de toda una vida al servicio de los demás. No piense en lector que va a encontrar mucho sobre el curso de acceso al Geo más allá de lo público, pues, en estas unidades no suelen publicitar ni su trabajo ni sus pruebas de acceso. Por cierto, las narradas en esta obra parecen las mismas que exigían en las C.O.E por aquellos años y por la muchos están igual de sordos.
Otro punto a favor de la obra son las vivencias en operativos en el extranjero, en la Barcelona del año 92. Es una parte jugosa y buena para conocer a esta unidad de élite sin desperdiciar la última parte dedicada a la comisaría general de información. Conluyendo podemos decir que la obra nos ha gustado bastante, es ideal para los que deseen saber de estas unidades.
Me llamaron a filas el 15 de enero de 1976. Tuve que incorporarme en Cuenca, en la capital de provincia. Desde allí en un tren militarizado lleno de jóvenes reclutas, nos trasladaron a muchos al CIR nº 8 de Rabasa, Alicante. Nos enseñaron a ser soldados. En el Campamento coincidí con mi quinto Miguel también de Santa Cruz. Habíamos nacido el mismo día, nos destinaron a la 2ª Compañía en la misma hilera. Para diferenciarnos en la instrucción a mí pusieron el primero, al otro Miguel ocupaba el último puesto de la hilera, sería por la altura.
Después de la Jura de bandera nos separaron…
Tuvo que pasar bastante tiempo en Barcelona hasta que conseguí entender que además de una sociedad recelosa y hasta algo cerrada a lo desconocido, había otras personas predispuestas a entablar amistad con desconocidos. Cuando descubrí que estas amistades empezaban a abrirse y mostrar sus virtudes; un giro más vital que ninguno otro iba a hacer que reemprendiera el vuelo hacia otra latitud.
En esos dos años en Barcelona apenas pude ver el cielo. Primero por el ajetreo de trabajo y estudio que me hacía sentir como un autómata. Y segundo porque mi encajonada residencia estaba rodeada por el vicio y la rítmica oferta diaria de “cupones para hoy”. Supe que en Guadalajara se estaba formando un Grupo de Elite de la Policía. Curioseando un día por suerte en la Orden General del Cuerpo descubrí la convocatoria del II Curso del GEO, cuando aún el I Curso no había finalizado. Parecía que necesitaban gente. Rellené la consiguiente instancia. Me convocaron para el examen y así iniciaría el nuevo vuelo.
La primera intervención pública del GEO. Fue para lo que tanto habíamos entrenado, la liberación de rehenes. Se habían hecho otros servicios especiales, pero nunca antes nos habíamos enfrentado a unos secuestradores para intentar liberar a personas secuestradas del chantaje de delincuentes. Tengo la fortuna de poderos contar esta historia de la forma que la viví, de manera directa. La podría exponer en unos pocos párrafos que conllevaría al rápido desenlace. Pero creo más oportuno añadir los ingredientes que ambienten la situación, en la convicción de que si es importante la cumbre también lo es el necesario camino.
Transcurría diciembre del 1980, mi primer aniversario de operativo después de haber terminado mi flamante curso del GEO. Seguía con la suerte de cara, las lesiones me respetaban e iba superando las duras pruebas y dificultados a las que nos enfrentábamos para seguir en la Unidad.
Los reducidos secuestradores fueron conducidos a los calabozos de Jefatura, en los coches Z, mientras nosotros los 10 GEO, el capitán Óscar, los dos TEDAX, Corisco con algún otro inspector de la Brigada, nos fundíamos en abrazos de felicitación, a la que también acudieron la mayoría de los uniformados y esforzados compañeros de los Z. Todo eran vítores, aplausos.
Todo fue grabado y transmitido en directo por cámaras de TV, radio, prensa gráfica y periodistas en general. Creo que fue el primer secuestro de esas características que se emitió en España. Un hito al que seguirían otros más relevantes sucesos. Pero este fue el primero. Para el GEO toda una satisfacción, fue su real bautismo de fuego transmitido a la sociedad Española. En las portadas de todos los periódicos del siguiente día 8 de febrero se podía leer frases como:
Espectacular acción a lo “Hombres de Harrelson”, en Bilbao.
(23 Febrero, Golpe de Estado) Según nos transmitieron algunos presentadores, mandos de la tropa ocupante a lo largo de la noche en los despachos neurálgicos, habían trasladado varias órdenes y contraórdenes preocupantes. Especialmente en los de la radio, que impidieron un desarrollo normal de la programación.
Supimos después que RTVE reemprendió su programación de forma totalmente libre, culminando con el famoso mensaje de S.M. Rey. Se emitió sobre la una y pico de la madrugada. Nosotros sólo intentábamos dar sensación de seguridad y confianza, terciando sobre nuestra espalda la MP-5, no deseábamos presionar más a los trabajadores. Fue una larga noche sin cena, de varias horas de coche, aparcados junto al Congreso, de emisoras de la Guardia Civil, de transistores y de guardia en los pasillos de RTVE. Fue larga y tensa para toda España, también para nosotros y para mí en particular que había cambiado una antigua leyenda de Marco Polo. Pero tuve la fortuna de vivir de cerca y en directo algo de nuestra historia reciente. De la que afortunadamente todos supervivimos.
En los primeros días de agosto, aprovechando que el comandante Holgado disfrutaba de sus días de vacaciones, su sustituto, el capitán Pedro, quiso poner a prueba su estrategia de jefe con la patrulla 20A, a la que yo pertenecía. Diseñó un meditado ejercicio, al que después supimos que denominó “Luna”. Para ello encomendó que esa tarde a las 15:30 debíamos encontrarnos de uniforme de faena en el salón de actos, para realizar un ejercicio nuevo. En el salón nos explicó que íbamos a simular una infiltración en terreno enemigo. El terreno sería desconocido, en el que debíamos pasar totalmente inadvertidos y por supuesto no podríamos hablar ni contactar con nadie. Los habitantes de esta zona serían como agentes perturbadores. Caso de que nos descubrieran podrían alertar nuestra presencia con la consiguiente frustración de la misión.
El Emir de Kuwait, con toda su tropa bien armada, tuvieron que dejar los festejos de su 25 aniversario de su Independencia para acudir a la frontera con Irak. Una vez más se oían los ruidos de los sables por el viento de la necesidad de Irak. Cuando el 2 de agosto de 1990, pese a la protección Estado Unidos, Irak atacó a Kuwait, me acordé de este barrio del oro y de sus preciados pozos de petróleo, quizás levantaron demasiadas tentaciones.
Pasados dos meses de nuestro servicio en Kuwait llegó la hora de la despedida de tan entrañable familia y toda la delegación diplomática. Añorábamos nuestra querida España con sus virtudes y pocos defectos. Sus bares, sus chiringuitos, sus atracciones, sus recreos y forma de vida. Parecía inevitable tener que viajar lejos de tu tierra y de tu familia para valorar más lo que allí quedó. Lo reconocíamos los cinco, en cuanto lleguemos a Barajas: nos comeremos a besos nuestra bendecida tierra.
Aterrizamos en Barajas el 13 de marzo. Fue muy emocionante abrazar a nuestros compañeros, pero más fue la sorpresa lo que nos tenían preparada.
(Cuba) La calidad humana de la gente es la mejor divisa de la isla. Aunque es una riqueza que languidece, maniatada a los recortes del sistema. Pero gracias a su genuino ingenio y pasión resurge milagrosamente con la ilusión de vivir cada minuto que les brinde la más mínima oportunidad. Saborear el aroma de un cohíba que se ha extraviado de quién sabe qué lugar. Piropear o perseguir con la mirada a las espléndida mulatas, el agradecido milagro de esta subsistencia del legado español. Dicen los propios cubanos, “en esa mezcla de sangre caliente hispana, con la pura y noble sangre africana, surgió la flor más exótica del Caribe.” Testimonio de esta maravillosa mezcla, y de este edén es contemplar el espontáneo desfile de esta juventud, de precioso color moreno tostado, radiantes de vitalidad, contorneando sus esbeltos y esculturales cuerpos, disfrazando otras reales carencias.
La habitual alegría de la gente aflora ante el sonido del más mínimo viento vibrado de cualquier instrumento musical. Todo momento es el bueno para el ritmo colectivo.
Si de algo puede enorgullecerse este edén, es de la calidad humana de la mayoría de sus gentes. Si obviamos la inevitable nube de moscardones, o de golfillos del inevitable pillaje callejero, nacidos de la pura necesidad, a estos ligeros picotazos se puede ver sometido el inexperto visitante. Pero la tónica general de esta sociedad, la que apenas percibe el turista común, está todavía impregnada del orgullo, de sentido, de entidad, de la raza heredada del pueblo hispano, con las armonizadas mezclas del noble africano y algo de las minorías chinas… La convivencia del foráneo en Cuba es muy sencilla y agradable.
Una parte del pueblo presume de sus armas del coraje, con las que supo rebelarse de la explotación imperialista yanqui, liberándose del burdel al que tenían convertidas sus flamantes mujeres.
Han pasado menos de tres décadas desde este importante evento, que junto al de la Expo92 de Sevilla, sirvieron para que España diera el salto mundial que tanto se merecía después de su letargo histórico. Me llama la atención, los bruscos y convulsos cambios que experimenta la reciente historia de nuestra patria. Es como si estuviera encadenada, a la constante oscilación de la ley del péndulo, en la fatídica repetición de nuestro convulso destino. Hacen volver al presente las casi ya olvidada tragedia de hace un siglo y medio, cuando Barcelona fue bombardeada por las revueltas y protestas comerciales. Aquellos sangrientos fantasmas parecían enterrados para siempre, especialmente con ocasión de la Olimpiada del 92, en la que toda la sociedad catalana integrada en el conjunto de la española, trabajó y presumió de la vanguardista Barcelona Olímpica.
Pero algo anónimo, o quizás cierta cúpula política, probablemente para enterrar sus miserias o buscar heroísmo-victimismo anacrónico, volvió a desenterrar las sangrientas heridas del pasado hasta llegar a la compleja relación actual.
Efectivamente toda España, con sus organismos, estaba expectante y deseosa que los eventos del 92 fueran un éxito. También el Ministerio del Interior aportó toda su capacidad para garantizar la seguridad. Se temía mucho que ETA protagonizara un acto terrorista más, lo que elevaría su propaganda criminal, consiguiendo todavía más su proclama internacional. El GEO hizo un llamamiento general a todos los compañeros que por una circunstancia u otra ya no eran operativos. Regresaron a Guadalajara la mayoría para coger forma y poder engrosar nuestra unidad. Durante unas semanas, estos antiguos GEO se sometieron a un duro entrenamiento, y consiguieron volver a enfundarse orgullosos su ahora uniforme negro.
En general nuestra labor fue preventiva y estar en alerta para contrarrestar cualquier alarma terrorista lo más rápido posible. De hecho, de forma sectorial se hacían retenes en improvisados helipuertos. En cada uno de ellos se mantenía un helicóptero Chinook con dos Mercedes todo terreno en su interior, con la dotación de 10 operativos del GEO y material necesario para el cometido. Entre este material estaba disponible todos los informes de los que habíamos elaborado anteriormente. En mi caso obviaron mis conocimientos genéricos de todas instalaciones y prefirieron nombrarme jefe del núcleo de buceo. Me destinaron a la inspección y mantenimiento de la seguridad de los canales de regatas artificiales que se habían construido en el cercano Casteldefels.
¿Quién soy?
¿Por qué este raído y quijotesco viejo emborrona escritos?
¿Servirá de algo esta momentánea pasión por escribir?
¿Por qué escribo algo de mis supervivencias?
¿Qué queda por vivir?
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I understood that at puberty my character was permeated by the two disjunctive situations that were shown in our village life: The life of the Spain of the 60s, the one that wants to get out of the postwar period and vital needs, and the one that begins to know that there are Americans, Europeans, Swedes, people who live better and can even travel to our country on vacation. This last dilemma had us perplexed. There were people who, without having to work for a while, can visit our land, eat and sleep in inns. They arrange and pay for these trips with cash. Sometimes they even have leftovers to give candy to the children.
As the 1960s progressed, the landscape and social life of Santa Cruz de Moya slowly but progressively evolved towards well-being. The towns were emptied to fill the capitals, such as nearby Valencia or the more remote and industrialized Barcelona. Similarly, the most risky families emigrated to neighboring France and even Belgium. 70% of young people started emigration. With the first salaries earned abroad, they helped what we resisted in the town. There were more spaces and farms to harvest the same, but it was distributed among less population. Agricultural and livestock surpluses were created for trade. Some farms, or “pieces” as we used to call them, began to be abandoned and regressed towards the urban core.
Interesting book and reading and one that has enormous value as it is the only one published in more than 40 years about the ins and outs of the unit. Surprising by his humanity, closeness and humble frankness. The words with which the author describes some passages can be of real inspiration to the reader.
I have enjoyed the work; first for taste, due to the historical events that it narrates, the dedication to Spain carried out in the National Police and, above all, for the wise sentences of a lifetime at the service of others. Readers should not think that they will find much about the Geo access course beyond what is public, because in these units they do not usually advertise their work or their access tests. By the way, those narrated in this work seem the same ones that were required in the COE for those years and many are just as deaf.
Another point in favor of the work is the experiences in operations abroad, in the Barcelona of the year 92. It is a juicy and good part to get to know this elite unit without wasting the last part dedicated to the general information police station. Concluding we can say that we liked the work a lot, it is ideal for those who want to know about these units.
I was called up on January 15, 1976. I had to join in Cuenca, in the provincial capital. From there, in a militarized train full of young recruits, many of us were transferred to CIR No. 8 in Rabasa, Alicante. We were taught to be soldiers. In the Camp I met my fifth Miguel, also from Santa Cruz. We were born on the same day, we were assigned to the 2nd Company in the same row. To differentiate us in the instruction they put me first, the other Miguel occupied the last position in the row, it would be because of the height.
After the swearing of the flag they separated us…
I had to spend a lot of time in Barcelona until I managed to understand that in addition to a suspicious society and even somewhat closed to the unknown, there were other people predisposed to make friends with strangers. When I discovered that these friendships began to open up and show their virtues; a turn more vital than any other was going to make him take flight again to another latitude.
In those two years in Barcelona I could hardly see the sky. First because of the hustle and bustle of work and study that made me feel like an automaton. And second because my boxed-in residence was surrounded by vice and the rhythmic daily offer of «coupons for today.» I learned that an Elite Police Group was being formed in Guadalajara. One day, luckily, browsing through the General Order of the Corps, I discovered the call for the II GEO Course, when the I Course had not yet finished. It seemed they needed people. I filled in the subsequent instance. I was summoned for the exam and thus the new flight would begin.
The first public intervention of the GEO. It was what we had trained so much for, the release of hostages. Other special services had been done, but never before had we faced kidnappers trying to free kidnapped people from blackmail by criminals. I am fortunate to be able to tell you this story the way I lived it, directly. I could lay it out in a few paragraphs that would lead to the quick denouement. But I think it’s more appropriate to add the ingredients that set the scene, in the conviction that if the summit is important, so is the necessary path.
It was December 1980, my first anniversary of operation after finishing my brand new GEO course. I continued with luck on my face, the injuries respected me and I was overcoming the hard tests and difficulties that we faced to continue in the Unit.
The reduced kidnappers were taken to the cells of the Headquarters, in the Z cars, while we 10 GEO, Captain Óscar, the two TEDAX, Corisco with some other Brigade inspector, melted into congratulatory hugs, to which we also Most of the uniformed and hard-working comrades of the Z attended. Everything was cheers, applause.
Everything was recorded and broadcast live by TV cameras, radio, graphic press and journalists in general. I think it was the first kidnapping of these characteristics that was broadcast in Spain. A milestone that would be followed by other more relevant events. But this was the first. For the GEO a complete satisfaction, it was his real baptism of fire transmitted to the Spanish society. On the front pages of all the newspapers of the following day, February 8, one could read phrases such as:
Spectacular action to the «SWAT» film, in Bilbao.
(February 23, Coup d’état) According to what some presenters transmitted to us, commanders of the occupying troops throughout the night in the neuralgic offices, had transferred several worrying orders and counter-orders. Especially in those of the radio, which prevented a normal development of the programming.
We learned later that RTVE resumed its programming completely freely, culminating in the famous message from S.M. King. It was broadcast around one o’clock in the morning. We were only trying to give a sense of security and confidence, putting the MP-5 on our back, we did not want to put more pressure on the workers. It was a long night without dinner, of several hours in the car, parked next to the Congress, of Civil Guard stations, of transistor radios and on duty in the corridors of RTVE. It was long and tense for all of Spain, also for us and for me in particular, who had changed an old legend of Marco Polo. But I had the fortune to live up close and live some of our recent history. Which fortunately we all survived.
In the first days of August, taking advantage of the fact that Commander Holgado was enjoying his vacation days, his replacement, Captain Pedro, wanted to test his strategy as commander with Patrol 20A, to which I belonged. He designed a thoughtful exercise, which we later learned he called «Moon.» For this, he ordered that that afternoon at 3:30 p.m. we should meet in the work uniform in the assembly hall, to carry out a new exercise. In the room he explained to us that we were going to simulate an infiltration into enemy territory. The terrain would be unknown, in which we would have to go completely unnoticed and of course we would not be able to speak or contact anyone. The inhabitants of this area would be like disturbing agents. In case they discover us, they could alert our presence with the consequent frustration of the mission.
The Emir of Kuwait, with all his well-armed troops, had to leave the celebrations of his 25th anniversary of his Independence to go to the border with Iraq. Once again there was the saber rattling on the wind of Iraq’s need. When on August 2, 1990, despite the protection of the United States, Iraq attacked Kuwait, I remembered this neighborhood of gold and its precious oil wells, perhaps they raised too many temptations.
After two months of our service in Kuwait, it was time to say goodbye to such an endearing family and the entire diplomatic delegation. We longed for our beloved Spain with its virtues and few defects. Its bars, its beach bars, its attractions, its recreation and way of life. It seemed inevitable to have to travel far from your land and your family to value more what was left there. The five of us recognized it, as soon as we get to Barajas: we will eat our blessed land with kisses.
We landed in Barajas on March 13. It was very exciting to hug our colleagues, but it was more the surprise that they had prepared for us.
(Cuba) The human quality of the people is the island’s best currency. Although it is a wealth that languishes, handcuffed to the cuts of the system. But thanks to his genuine ingenuity and passion, he miraculously resurfaces with the illusion of living every minute that gives them the slightest opportunity. Savor the aroma of a cohíba that has strayed from who knows what place. Compliment or persecute the splendid mulatto women, the grateful miracle of this subsistence of the Spanish legacy. The Cubans themselves say, «in that mixture of warm Hispanic blood, with the pure and noble African blood, the most exotic flower of the Caribbean arose.» Testimony of this wonderful mixture, and of this Eden is to contemplate the spontaneous parade of this youth, of a beautiful tanned brown color, radiant with vitality, outlining their slender and sculptural bodies, disguising other real shortcomings.
The usual joy of the people emerges at the sound of the slightest vibrated wind of any musical instrument. Every moment is the right one for the collective rhythm.
If this Eden can be proud of something, it is the human quality of the majority of its people. If we ignore the inevitable cloud of blowflies, or urchins from the inevitable street looting, born out of sheer necessity, the inexperienced visitor can be subjected to these light pecks. But the general tone of this society, which is barely perceived by the common tourist, is still impregnated with the pride, meaning, entity, of the race inherited from the Hispanic people, with the harmonized mixtures of the African nobleman and some of the Chinese minorities. .. The coexistence of foreigners in Cuba is very simple and pleasant.
A part of the town boasts of its weapons of courage, with which it knew how to rebel against Yankee imperialist exploitation, freeing itself from the brothel to which its new women had been converted.
Less than three decades have passed since this important event, which, together with Expo92 in Seville, helped Spain make the global leap it so deserved after its historical lethargy. I am struck by the sudden and convulsive changes experienced by the recent history of our country. It is as if it were chained to the constant oscillation of the law of the pendulum, in the fateful repetition of our convulsive destiny. They bring back to the present the almost forgotten tragedy of a century and a half ago, when Barcelona was bombarded by riots and commercial protests. Those bloody ghosts seemed buried forever, especially on the occasion of the 1992 Olympics, in which the entire Catalan society, integrated into the Spanish as a whole, worked and showed off the avant-garde Olympic Barcelona.
But something anonymous, or perhaps a certain political leadership, probably to bury their miseries or look for anachronistic heroism-victimism, returned to unearth the bloody wounds of the past until reaching the current complex relationship.
Indeed, all of Spain, with its organizations, was expectant and eager for the events of 1992 to be a success. The Ministry of the Interior also contributed all its capacity to guarantee security. It was very much feared that ETA would carry out yet another terrorist act, which would increase its criminal propaganda, further achieving its international proclamation. The GEO made a general appeal to all the comrades who, for one reason or another, were no longer operational. Most of them returned to Guadalajara to take shape and be able to join our unit. For a few weeks, these former GEOs underwent hard training, and managed to proudly put on their now black uniform.
In general, our work was preventive and on alert to counteract any terrorist alarm as quickly as possible. In fact, in a sectoral way, checkpoints were made in improvised heliports. In each of them, a Chinook helicopter was kept with two all-terrain Mercedes inside, with the staff of 10 GEO operatives and the necessary material for the task. Among this material, all the reports that we had previously prepared were available. In my case, they ignored my generic knowledge of all facilities and preferred to appoint me head of the diving center. I was assigned to the inspection and safety maintenance of the artificial regatta channels that had been built in nearby Casteldefels.
Who I am?
Why does this threadbare and quixotic old man smudge writing?
Will this momentary passion for writing be of any use?
Why do I write something about my survivals?
What is left to live?
David, earth planet , knopfler and a humble man 