Interesante breve libro para seguir profundizando en estos temas.
Una estrategia es catalogada de buena si se consigue con ella alcanzar los objetivos previstos y si en ella ha habido economía de esfuerzos. Los objetivos pueden ser ofensivos, defensivos o simplemente de mantenerse en el status quo.
El alcanzar o mantener los objetivos, implica doblegar la voluntad del adversario. Esto es una decisión. La decisión es la consecución de los objetivos a costa de la voluntad del adversario.
Hay que considerar la esencia de la estrategia: descubrir la vulnerabilidad del adversario y conservar nuestro poder. Nuestras acciones irán dirigidas sobre las vulnerabilidades del adversario, empleando los medios adecuados a estas vulnerabilidades, de acuerdo a las posibilidades y limitaciones, previendo las reacciones adversas para preparar las acciones de réplica.
Formas de aplicar la estrategia:
• Amenaza directa. Los medios propios son muy potentes, el objetivo es modesto y se goza de libertad de acción. La sola amenaza de esos medios puede llevar al adversario a aceptar las condiciones que se le quiere imponer, y a renunciar a sus pretensiones de modificar la situación existente.
• Presión Indirecta. Los medios son escasos para constituir una amenaza decisiva, el objetivo es modesto y la libertad de acción es reducida. Se buscará la decisión mediante acciones más o menos amenazantes e indirectos
• Acciones sucesivas. Los medios son escasos, el objetivo importante y la libertad de acción reducida. El éxito se alcanzará mediante una serie de acciones sucesivas, combinando, si fuera preciso, la amenaza directa y la presión indirecta con acciones de fuerza limitada.
• Lucha Total Prolongada. La libertad de acción es grande y los medios disponibles escasos.
Si podemos decir que la Estrategia es la ciencia y el arte de ganar la guerra, se puede decir que la táctica estudia la forma de ganar batallas.
La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios».
La guerra no es sino la continuación de las transacciones políticas, llevando consigo la mezcla de otros medios. Decimos la mezcla de otros medios, para indicar que este comercio político no termina por la intervención de la guerra.
Le guste o no le guste, todas las relaciones humanas se basan en un juego de poder. Cuanto mejor lo domine, más feliz será, y por lo tanto, más feliz podrá hacer a los demás. Si juega mal o se niega a jugar, en el mejor de los casos, su vida discurrirá con menos suavidad.
Aquí se expondrán unas reglas que generalmente conviene seguir. Son un resumen de textos de varios autores clásicos con algunos comentarios. Quizás alguien se escandalice con algunas de las ideas que aquí se exponen, choquen con sus creencias o parezcan poco éticas.
Aunque ahora se hable de unos valores como solidaridad, tolerancia, etc., desgraciadamente, la vida viene siendo un juego de poder desde hace milenios y no parece que vaya a cambiar.
Los hombres viven tranquilos si se les mantiene en las viejas formas de vida. La incredulidad de los hombres, hace que nunca crean en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello. La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerles de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos.
• Lo que favorece al enemigo nos perjudica a nosotros, y lo que nos favorece a nosotros perjudica al enemigo.
• Aquel que durante la guerra esté más atento a conocer los planes del enemigo y emplee más esfuerzo en instruir a sus tropas incurrirá en menos peligros y tendrá más esperanzas de victoria.
• Jamás hay que llevar a las tropas al combate sin haber comprobado su moral, constatado que no tienen miedo y verificado que van bien organizadas. No hay que
comprometerlas en una acción más que cuando tienen moral de victoria.
• Es preferible rendir al enemigo por hambre que con las armas, porque para vencer con éstas cuenta más la fortuna que la capacidad.
• El mejor de los proyectos es el que permanece oculto para el enemigo hasta el momento de ejecutarlo.
• Nada es más útil en la guerra que saber ver la ocasión y aprovecharla.
• La naturaleza produce menos hombres valientes que la educación y el ejercicio.
• En la guerra vale más la disciplina que la impetuosidad.
• Si algunos enemigos se pasan a las filas propias, resultarán muy útiles si son fieles, porque las filas adversarias se debilitan más con la pérdida de los desertores que con la pérdida de los desertores que con la de los muertos.
La muerte no es nada para nosotros, una vez que el cuerpo y el cerebro se convierten en polvo y cenizas, no hay sentimiento ni pensamiento, y lo que no tiene sentimiento o pensamiento es nada para nosotros.
La desintegración le llega a todas las cosas. Cuando una casa, una persona, o un adversario se derrumba, se desmorona saliendo del ritmo del tiempo. En el arte de la guerra en sentido amplio, también es esencial encontrar el ritmo de los adversarios a medida que lo pierden, y perseguirlos para que no se abra ninguna brecha. Si dejas pasar los momentos vulnerables, existe la posibilidad de un contraataque. En el arte individual de la guerra, también sucede que un adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a derrumbarse. Si no aprovechar esta oportunidad, el adversario se recobrará y empezará a presentarte dificultades. Es esencial seguir con atención cualquier pérdida de posición por parte de tu contrincante, para impedirle que se recupere.
En el arte de la guerra en sentido amplio, cuando los adversarios están agitados y con toda evidencia tienen prisa por actuar, compórtate como si fueras totalmente indiferente, aparentando estar muy relajado y confortable. Si lo haces, los contrarios, influenciados por este estado de ánimo, perderán su entusiasmo inicial. Cuando creas que los contrincantes han «captado» estado de ánimo, vacía tu mente y actúa rápida y firmemente, para ganar la ventaja conquistada. También en el arte individual de la guerra, es esencial está relajado en cuerpo y mente, darse cuenta del momento en el que el contrincante se descuida, y tomar con celeridad la iniciativa para ganar.
1. Asestar golpes primero a las fuerzas enemigas dispersas y aisladas, y luego a las fuerzas enemigas concentradas y poderosas.
2. Tomar primero las ciudades pequeñas y medianas y las vastas zonas rurales, y luego las grandes ciudades.
3. Tener por objetivo principal el aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo y no el mantenimiento o conquista de ciudades o territorios. El mantenimiento o conquista de una ciudad o un territorio es el resultado del aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo.
4. En cada batalla, concentrar fuerzas absolutamente superiores (dos, tres, cuatro y en ocasiones hasta cinco o seis veces las fuerzas del enemigo), cercar totalmente las fuerzas enemigas y procurar aniquilarlas por completo, sin dejar que nadie se escape de la red.
5. No dar ninguna batalla sin preparación, ni dar ninguna batalla sin tener la seguridad de ganarla; hacer todos los esfuerzos para estar bien preparados para cada batalla, hacer todo lo posible para que la correlación existente entre las condiciones del enemigo y las nuestras nos asegure la victoria.
6. Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha: valentía en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y tenacidad en los combates continuos (es decir, entablar combates sucesivos en un corto lapso y sin tomar repose).
7. Esforzarse por aniquilar al enemigo en la guerra de maniobras. Al mismo tiempo, dar importancia a la táctica de ataque a posiciones con el propósito de apoderarse de los puntos fortificados.
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Interesting short book to continue delving into these issues.
A strategy is classified as good if it achieves the planned objectives and if there has been economy of effort. The objectives can be offensive, defensive or simply to maintain the status quo.
Reaching or maintaining objectives implies breaking the will of the adversary. This is a decision. The decision is the achievement of objectives at the cost of the will of the adversary.
We must consider the essence of the strategy: discover the vulnerability of the adversary and preserve our power. Our actions will be directed at the adversary’s vulnerabilities, using the appropriate means for these vulnerabilities, according to the possibilities and limitations, anticipating adverse reactions to prepare retaliatory actions.
Ways to apply the strategy:
• Direct threat. Own means are very powerful, the goal is modest and you enjoy freedom of action. The mere threat of these means can lead the adversary to accept the conditions that you want to impose on him, and to renounce his claims to modify the existing situation.
• Indirect pressure. The means are scarce to constitute a decisive threat, the objective is modest and the freedom of action is limited. The decision will be sought through more or less threatening and indirect actions
• Successive actions. The means are scarce, the objective important and the freedom of action reduced. Success will be achieved through a series of successive actions, combining, if necessary, direct threat and indirect pressure with actions of limited force.
• Prolonged Total Fight. The freedom of action is great and the means available scarce.
If we can say that Strategy is the science and art of winning war, it can be said that tactics study how to win battles.
War is not simply a political act, but a true political instrument, a continuation of political relations, a management of them with other means.
War is but the continuation of political transactions, carrying with it the mixture of other means. We say the mixture of other means, to indicate that this political trade does not end with the intervention of war.
Like it or not, all human relationships are based on a power game. The better you master it, the happier you will be, and therefore the happier you will be able to make others. If you play poorly or refuse to play, your life will run less smoothly at best.
Here are some rules that should generally be followed. They are a summary of texts by various classical authors with some comments. Someone may be shocked by some of the ideas presented here, clash with their beliefs, or seem unethical.
Although now there is talk of values such as solidarity, tolerance, etc., unfortunately, life has been a power game for thousands of years and it does not seem that it is going to change.
Men live in peace if they are kept in the old ways of life. The incredulity of men makes them never believe in the new until they acquire a firm experience of it. The nature of peoples is very inconsistent: it is easy to convince them of one thing, but it is difficult to keep them convinced.
• What favors the enemy harms us, and what favors us harms the enemy.
• The one who during the war is more attentive to know the enemy’s plans and spends more effort in instructing his troops will incur fewer dangers and have more hopes of victory.
• Never take troops into combat without having checked their morale, verified that they are not afraid and verified that they are well organized. you don’t have to
engage them in an action more than when they have victory morale.
• It is preferable to surrender the enemy by hunger than with arms, because to win with them fortune counts more than capacity.
• The best project is the one that remains hidden from the enemy until it is executed.
• Nothing is more useful in war than knowing how to see the opportunity and take advantage of it.
• Nature produces fewer brave men than education and exercise.
• In war, discipline is worth more than impetuosity.
• If some enemies cross over to their own ranks, they will be very useful if they are faithful, because the opposing ranks are weakened more by losing deserters than by losing deserters than by losing the dead.
Death is nothing to us, once the body and brain turn to dust and ashes, there is no feeling or thought, and what has no feeling or thought is nothing to us.
Disintegration comes to all things. When a house, a person, or an adversary collapses, it crumbles out of the rhythm of time. In the art of war in the broad sense, it is also essential to find the rhythm of the adversaries as they lose it, and to chase them so that no gap is opened. If you let the vulnerable moments pass, there is a chance of a counterattack. In the individual art of warfare, it also happens that an adversary loses his rhythm in combat and begins to collapse. If you don’t take advantage of this opportunity, the adversary will recover and start to present difficulties for you. It is essential to carefully follow any loss of position by your opponent, to prevent him from recovering.
In the broad art of war, when adversaries are agitated and obviously in a hurry to act, behave as if you are totally indifferent, appearing very relaxed and comfortable. If you do, the opponents, influenced by this state of mind, will lose their initial enthusiasm. When you think that the opponents have «captured» the mood, empty your mind and act quickly and firmly, to gain the conquered advantage. Also in the individual art of warfare, it is essential to be relaxed in body and mind, to be aware of the moment when the opponent is careless, and to quickly take the initiative to win.
1. Deal blows first to scattered and isolated enemy forces, and then to concentrated and powerful enemy forces.
2. Take the small and medium-sized cities and vast rural areas first, and then the big cities.
3. Having as its main objective the annihilation of the enemy’s living force and not the maintenance or conquest of cities or territories. The maintenance or conquest of a city or a territory is the result of the annihilation of the living force of the enemy.
4. In each battle, concentrate absolutely superior forces (two, three, four, and sometimes even five or six times the enemy’s forces), totally encircle the enemy forces and try to annihilate them completely, without letting anyone escape the net .
5. Not give any battle without preparation, nor give any battle without being sure of winning it; make every effort to be well prepared for each battle, do everything possible so that the existing correlation between the enemy’s conditions and ours ensures victory.
6. Putting our fighting style to the fullest: courage in combat, spirit of sacrifice, contempt for fatigue and tenacity in continuous combat (that is, engage in successive combats in a short period of time and without taking rest).
7. Strive to annihilate the enemy in maneuver warfare. At the same time, give importance to the tactic of attacking positions with the purpose of seizing the fortified points.
David, earth planet , knopfler and a humble man 