Korolenko narra la historia de un niño ciego que aprende a interpretar el mundo a través de los sonidos y de la música, aunque también tiene que enfrentarse a los conflictos que su minusvalía le supone. El lenguaje te transporta a los campos de Ucrania, el invierno, la primavera, al interior de la casa, a los caminos, a los campos de hierba, y las corrientes de agua. Una narración llena de emociones…
Conoció a su madre por los pasos, por el rumor del vestido, por ciertas señales que solo él apreciaba; por muchas personas que hubiese en una habitación, siempre sabía dirigirse con paso seguro hacia el punto en que estaba su madre. Si ella le asía súbitamente la mano, la conocía enseguida. Si hacía lo mismo alguna otra persona, inmediatamente le palpaba la cara con sus manecitas; y por este sistema pronto conoció a su nodriza, al tío Max y a su padre. Pero si se trataba de un forastero, sus movimientos eran inseguros y reflexivos; pasaba con detención sus manos diminutas por aquella cara desconocida, y en su rostro se reflejaba esforzada atención. Parecía que mirase con la yema de sus deditos. Los ojos ciegos se dilataron, brillaron y se enturbiaron de nuevo. Pudo creerse por un momento que su alma no podía dominar lo que con ávida atención escuchaba. Pero luego tembló; tocó las teclas, dominado por el poder del nuevo sentimiento que le invadía con fuerza y abandonóse completamente a las notas simples, temblorosas, armoniosas, de adulación y de amenaza.
En aquellos acordes se concentraban todas las ideas que pocos momentos antes pasaron por su espíritu, al reflexionar en su pasado silenciosamente. Oíanse la voz de la naturaleza viviente, el ruido del viento, los murmullos del bosque y del agua y aquellos sonidos tan tristes, ruidos misteriosos que mueren a lo lejos…
Cuando Evelina dijo a sus padres que estaba resuelta a casarse con el ciego, su madre se echó a llorar, y su padre, después de haber orado ante una santa imagen, dijo que se hallaba convencido de que aquella era la voluntad de Dios y de que no era posible otra cosa.
Korolenko tells the story of a blind child who learns to interpret the world through sounds and music, although he also has to face the conflicts that his disability implies. The language transports you to the fields of Ukraine, the winter, the spring, the interior of the house, the roads, the grass fields, and the water currents. A narration full of emotions …